domingo, 5 de febrero de 2012

Ganas de ti


Te echo de menos, te añoro, te hecho en falta... Tengo ganas de ti, muchas ganas de ti.

Si el tiempo pudiera decir lo que sabe,
si pudiera detenerse como se detiene el viento, o las mareas, o el ruido...
volviéndose quietud y silencio.
Si como ave que custodia su espacio aéreo,
pudiera yo custodiar tu sexo caliente con mi boca,
con mis labios, con mi lengua... con todo mi cuerpo.

Si fuese infinito el tiempo, el tiempo de vernos...
y no perderte nunca de vista.
  Si fueses lumbre e hicieras brillar mis ojos.
Si buscaran estos fijamente los tuyos encontrando una mirada.

 Que sea una mirada el quejido. La demanda constante de una caricia.
El llanto desconsolado de un niño hambriento de leche.
hambriento del pecho de su madre amada.

Si fuese yo ese niño hambriento de ti...
Si pudiera yo, amada mía, llamarte madre
 por ser su creadora en sentimientos.
Pediría tus manos de escultora romper mis vestiduras,
 desvestir mi cuerpo, recorrerlo con deseo...

Si fuesen tus manos, tus dedos, tus uñas,
 tus labios, tu lengua jugosa en saliva,
tus senos, tu vientre, tus muslos... barca
para navegar mi cuerpo desnudo, entregado y excitado
a la más ligera sensación.

Si no pudiera distinguirte, si no pudiera ver el tiempo.
si la noche se apoderara de nosotros...
Si todo se hiciera nada,
 y luego nada se convirtiera en todo...
Serías tú, amada, mi todo.






No es el deseo, dueño de los sentimientos. No son los sentimientos dueño de una persona. Es la persona quien es dueña de sus sentimientos y estos dueños del deseo.

Se agudiza el deseo, se hace más intenso, más palpable, más incontrolable cuando en el prolongado tiempo no consigo satisfacerlo, siendo tu deseo y el mío uno solo, se queda con ganas de ti y de mi.

Venga la noche a nos y apodérese de nuestros cuerpos el deseo, dueña la pasión de la noche, de la luz lunar y candente sobre dos cuerpos fríos calentándose mutuamente.

Utilizar un basto espacio temporal en preliminares cortos y largos de mi lengua en tu cuerpo, de tu boca en mi falo, recorriéndonos sin escrúpulos. Queriendo retardar el placer para poder así, obtener el máximo de placer posible, uno, otro y ambos juntos, primero el uno al otro, luego el otro al uno y después los dos, sin dejar de acariciarnos, besarnos y amarnos. Manteniendo yo tu excitación y tu mi erección durante todo el acto.