jueves, 13 de octubre de 2011

Excítame.

La mirada temerosa y sincera de quien no conoce al que se le acerca, el temblar de su cuerpo por el roce de su mano, de su lengua,  de su inseguro cuerpo, de sus ganas inmensas, de su pasión desenfrenada.
El acercamiento de alguien conocido, muy conocido y desconocido al mismo tiempo. Del amor de siempre, del de toda la vida, de ese amor que forma parte de tu vida y pretendes siempre lo sea, actuando y tratándote como si no te conociera. Con tanto cuidado que pareciera que puedes romperte para luego darte todo lo que lleva dentro en el amor.

Puede que el sexo sin amor sea más loco y desenfrenado, puede que sea lujuria pura, puede que el echo de desnudarse y de entregarse a alguien sin conocerle te transporte a otro universo, libre de vergúenzas, pues no te conoce y no tienes que esconderle nada, libre de tabúes y de prejuicios ya concebidos.

Puede que el Amor lo cambie todo a su paso, puede que adormezca las cosas, que se caiga en la rutina y que todo cobre un sentido especial y más tarde aburrido.

Y también puede que tú, excitada, te liberes a mi paso, y nuestras fantasías se follen al amor uniéndose en una sola cosa y convirtiendo el sexo del amor de la pareja, en el sexo del amante, de la pasión desenfrenada, del encuentro fortuito ahora deliberado, de la locura de la pasión, del sexo duro.

¡Excítame! ven, mírame, tócame, bésame, recorre todo mi cuerpo, excítate conmigo, dejame rienda suelta y no me detengas, relájate, déjate llevar... Voy a hacerte el amor, voy a follarte, voy a echarte un polvo, voy a carte cañita, y voy a hacerte gemir y chillar, vas a correrte como nunca y disfrutarás como una niña chica.


Ven cariño, hazme el amor. Hazme disfrutar y disfruta conmigo cada instante, cada caricia, cada roce de tu lengua en mi cuerpo, en cada rincón de mi cuerpo. Déjame amarte y darte lo mejor de mi. Convirtamos nuestro sexo en fantasia y nuestras fantasias en realidad.