miércoles, 9 de abril de 2014

Quiero jugar a hacer cosquillas en tu piel.


Quiero jugar a hacer cosquillas en tu piel.
No me pidas la vida,
yo solo quiero una noche.
No te encapriches ni me reproches, 
yo solo quiero ver amanecer
desde la parte trasera de mi coche.

Aún no es tiempo de amor, 
eso ya llegará si el tiempo lo quiere.
Ahora es tiempo de follar y disfrutar, 
pasemos tiempo juntos y hagamos cosas
y si el amor quiere 
tocará en la puerta del destino de nuestras vidas.

No quiero saber de tu vida, 
quiero saber de ti, 
no quiero promesas ni regalos
sino beberme tu cuerpo
comer un par de helados
fumar un cigarrillo y
volver a hacerte el amor.

Quiero noches de esas que acaban 
con el día siguiente
en la ventanilla llena de vaho 
con una promesa ya rota
y unas caricias de amor.


Noches de esas en las que una mirada 
es un discurso lleno de intenciones.

Una noche de esas en las que 
una sola noche no es suficiente 
y hay que volver a repetir 
para mitigar la lujuria
de los cuerpos jóvenes,
en eso del instinto
del amor juvenil.


Una noche de esas en las que justo antes del amanecer, 
y sin venir a cuento,
alguien dibuja un corazón en la ventana.

Una noche en la que un corazón es una promesa que no debe hacerse.
Una promesa de esas que cambian miradas y gestos.
Un puro destello de espontaneidad 
cargado de intenciones intrínsecas al hecho ya ocurrido
del sexo sin amor, del sexo con quien se quiere, 
del sexo a quien se recurre. 

Y es que no te quiero en mi vida. y me faltaría decirte aún, vida mía. Porque un te amo es aún prematuro, demasiado diría, pero un te quiero, es sin duda lo que siento. La quiero. La quiero en mi vida, quiero verla reir a todas horas con esa sonrrisa improvisada y femenina que me pone cuando destapa mis pensamientos, quiero seguir teniendo esas charlas que tenemos, seguir dando esos paseos, Que me siga embriagando su mirada, y que siga buscándome para hacer cosas.






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