No es melancolía lo que recorre mi cuerpo,

no es tristeza y tampoco añoranza,

es vacío, es falta, es ausencia,

es quizás echarte de menos todo el tiempo.

Ya no te busco,

ya no me importa si te veo,

no busco saber de ti

ni conocer tus quehaceres

pero ojalá nos crucemos un día por azar 

y al sonreirte me devuelvas la sonrisa

y recuerdes el vaivén de tu falda sobre mi

en esa noche de invierno.

Busco... espero... tal vez

que llegue ese momento,

una llamada, una cerveza, un paseo

una risa, una charla, un beso, 

una escalera oscura, un vino,

una mano por debajo de la ropa, una hamburguesa,

unas horas de...¿pasión? Una pizza.

No espero nada, mas lo quiero todo.

No te esperaré lo más mínimo, pero aquí estaré.

Ojalá no existieran las barreras del pasado

en tu mente ni en la mía.

Porque no pediré nada, no espero que des nada, 

no busco intención ni presión. 

No quiero despertar sentimientos 

antes de ver una mínima posibilidad.

Quiero que seas mía, sólo mía, 

mas no mi posesión

sino mi mujer, mi amante, mi amada.